La Guerra necesaria y sus razones

Por: Suleidy Peñate

Así se ha calificado históricamente al levantamiento armado reiniciado el 24 de febrero de 1895 que se extendió hasta 1898 en Cuba.
¿Las razones? Partamos de que la contienda la organizó y convocó un hombre de paz que creía más en la palabra que en la fuerza, nuestro José Martí.
Fue tal la frustración y el desánimo que le provocó al apóstol la derrota del 68 cuando los cubanos dejaron caer la espada y continuaron bajo la sumisión a la colonia. Ya había fundado el maestro el partido revolucionario cubano en las filas de la emigración en los Estados Unidos y luego con su representación en suelo cubano pretendiendo no solo la libertad de Cuba sino la de Puerto Rico, dos naciones que ya eran de un pájaro las dos alas.
Tenía que ser libre la tierra que era puente de relación entre el continente americano y el resto de los continentes del mundo. Martí quería más. Martí quería una Cuba libre, unas Antillas libres y una América libre.
La orden del levantamiento la envió Martí dentro de un tabaco para Juan Gualberto Gómez y luego el cable de Juan Gualberto Gómez dirigido a Martí le confirmaba que la fase preparatoria en la isla había concluido “Aceptamos giros. Arturo”.
Recomenzaba la revolución cubana iniciada casi 30 años antes. Era tiempo de carnaval, estaban despistadas las autoridades españolas. Juan Gualberto fue a ocupar su puesto en el combate al igual que Martí, tras el desembarco en Playitas de Cajobabo. Estarían también Julio Sanguily, Guillermo Moncada, Antonio Maceo y Máximo Gómez entre muchos otros hombres valiosos. Vuelve a correr sangre mambisa al compás de los disparos. El resultado fue el fin del colonialismo hispano en América y el Caribe.
Fue el Grito de Baire escenario propicio para la primera guerra imperialista y la iniciación hegemónica del imperialismo norteamericano. La aspiración de los cubanos de lograr la independencia no resultó posible por aquella intervención oportunista y solapada de Estados Unidos en ese conflicto, en momentos en que la situación política, económica y militar se inclinaba a favor de los patriotas cubanos.
Nada justifica la intervención militar yanqui, salvo el hecho, posteriormente confirmado por la historia, de sus pretensiones de apoderarse de Cuba, como hicieron con Puerto Rico. En el caso de Cuba, no lo lograron gracias a la existencia, entre otras cosas, del Ejército Libertador, que había combatido durante 30 años por la independencia nacional. No fue hasta 1959 con los guerrilleros y Fidel que se haría realidad el sueño de Martí y de los mambises
Las intensiones del imperio a través de los años han sido claras, son las mismas intensiones del 95: el superpoder, poseer y gobernar al mundo.
El 24 de febrero de 1895 no fue el Grito de Baire, fue el grito de Bayate; Jiguaní, Guantánamo y otras muchas regiones de Cuba.

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